Hoy en día para personas con un mínimo de conciencia resulta cada día más difícil ver la televisión sin que te entren ganas de tirarla por la ventana o de hacer una visita tête-a-tête al señor Roca. Supongo que millones de españoles deben divertirse enterándose de la vida personal, sexual o amorosa de los "famosillos" que lo son por airear sus miserias. Deben encontrarlo entretenido, puesto que cada vez son más las horas de la semana en las que haciendo zapping nos encontramos a un montón de personas hablando a la vez, más bien gritando, increpándose acerca de quién dijo qué, cuándo, cómo y por qué. Pero de muy malas maneras. Y con un lenguaje que desde luego es todo un decálogo de los peores usos de la lengua española. Esto, claro está, es una opinión personal.
No obstante, entre todo ese circo mediático en el que podrían entrar también los deportes (y las guerras de millones de euros de fichajes, cláusulas de rescisión y demás), existen también programas que buscan profundizar en la situación actual. Programas que no gustan a algunos por las verdades que cuentan. Programas que sacan a la luz engaños, problemas, que denuncian la realidad que vivimos y a quienes viven a costa de ella.
El mayor exponente es "Salvados", conducido por quien se hizo llamar "Follonero" cuando era colaborador y guionista del programa de Buenafuente. Este periodista lleva un par de años contándonos, medio en broma medio en serio, quiénes son los que viven bien a costa de que otros vivan mal, entre otras muchas cosas. En elecciones nos mostró el lado oculto de las campañas electorales, que por cierto le valió un premio Ondas a la innovación televisiva. Ha conseguido entrevistar a políticos poniéndoles en situaciones comprometidas, enfrentándoles con la realidad de la ciudadanía a la que representan en muchas ocasiones.
Su último logro ha sido mostrarnos la cantidad de personas que pasan hambre, ya no en el mundo sino en nuestro país, en nuestra ciudad, al lado nuestro. Y lo que es peor, aseguró en el programa que con la cantidad de comida que se tira en Europa y Estados Unidos, se acabaría el hambre en el mundo. En esta noticia nos explican en qué consistió el programa, todo lo que se contó sobre los despilfarros que se hacen antes incluso de que los alimentos lleguen al consumidor final. Un programa que debería mover las conciencias de los políticos para promover leyes que impidan el desperdicio de comida y su transformación en productos no perecederos.
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