Parece un tanto extraño, cómo se puede pensar en sacar a una persona de la droga precisamente vendiendo droga? Bueno, es fácil, resulta que un señor inglés de 74 años estaba ya cansado de intentar que su hijo dejase la heroína, y se decidió a ayudarle de verdad con un tratamiento médico. Pero su pensión no se lo permitía, así que buscó maneras de ganar dinero para poder costear la recuperación de su hijo. Un amigo le sugirió que cultivase marihuana, y ni corto ni perezoso se puso manos a la obra, más bien manos a la plantación.
Y como los jubilados además de paciencia suelen tener mucho tiempo libre, el jardín de Frank Jones quedó la mar de exhuberante en poco tiempo, tanto que llegó a tener una plantación valorada en 15.000 euros. Lo que ocurre es que en Gran Bretaña, como en casi todo el mundo, la marihuana es ilegal, tanto su venta como su cultivo con fines lucrativos. Los vecinos de Frank Jones, suspicaces, le delataron a la policía. Cuando le detuvieron, este señor se quejaba del trato, como a un traficante de drogas según aseguró. Sin embargo él sólo quería ayudar a su hijo.
Este tipo de actuación nos recuerda a una serie de televisión, Weeds, de poco éxito dentro de nuestras fronteras pero que en Estados Unidos va ya por 7 temporadas. En ella, una madre de familia se queda repentinamente viuda y empieza a vender marihuana a sus vecinos para poder mantener su nivel de vida junto con sus hijos.
Ante este tipo de situaciones habría que preguntarse si no sería mejor que se legalizase la venta de esta sustancia ya que si tantas personas se dedican a su cultivo es porque existe una gran demanda. En Europa tenemos un ejemplo, Holanda, donde es legal aunque recientemente se habla de la prohibición de la venta a los turistas. Legalización o no? es la eterna pregunta que por el momento permanece sin respuesta.
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