Piensa
por un momento en una de esas calles oscuras, mojadas y anodinas de cualquier
ciudad, pongamos que en torno a los años que vinieron tras la Guerra Civil. Y
ahora ve montando el escenario. A ver, te hace falta una fonda, quizá una
abacería o una tienda de ultramarinos. También puedes colocar un buzón, una
cabina de teléfonos y un poste de la luz. Puedes completar el cuadro con el
brillo de los raíles del tranvía y el sonido de los transeúntes. Pero para que
la fotografía esté completa te hace falta una cosa insustituible: una pensión.
En
efecto, este tipo de locales fueron imprescindibles en la vida de las grandes
capitales durante mucho tiempo, ya que proporcionaron cobijo y sustento a un
montón de personas que buscaban con qué mantener a su familia. Lugares oscuros
y de gran populismo, resulta gratificante que hoy en día sigan existiendo. Y
además que lo hagan con buena salud, en vista de los recursos que existen sobre
el particular. En efecto, gracias a Webs como guiadepensiones.com tienes un montón
de locales en varias ciudades españolas que te permitirán pernoctar y alojarte
durante la semana si eres de los que, teniendo un domicilio fijo, te ha tocado
la china de tener que buscar trabajo fuera de tu pueblo.
Y
es que con la crisis parece que hemos adoptado modos y maneras de antaño. Antes
ni se nos hubiera ocurrido pensar en una pensión como alojamiento, pero hoy en
día la tenemos en el objetivo como posibilidad más que necesaria. Lo mismo
ocurre con otras cosas, como las casas de huéspedes o los restaurantes de menús
baratos. Parece que antes mirábamos el dinero con menos importancia, pero ahora
sabemos el valor que tiene cada euro que ganamos, de ahí que queramos
conservarlos en nuestra cartera el mayor tiempo posible.
Por
eso nos alegra que las pensiones, que siempre han estado ahí, estén optando por
renovarse y ofrecer a los clientes una manera excelente de poder sobrevivir en
ciudades extrañas mientras intentan ganarse el pan de forma honrada, que parece
que hoy en día los que lo hacemos con el sudor de la frente tenemos la culpa de
todo, mientras que los que roban a manos llenas permanecen intocados e
intocables...
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